Siempre me consideré muy observador. Desde pequeño veía como mis padres fracasaban una y otra vez en la continúa búsqueda de la amistad. Cuando parecía ser que había algún candidato firme, algo sucedía. No solo empezaba a fallar la relación; en muchos casos simplemente la misma terminaba derrumbándose.
De alguna manera crecí descreyendo en este tipo de relaciones y creía que tal cosa llamada amistad no existía.
Para mi fortuna después de casi 20 años de conjeturar, investigar, sospechar y descreer de casi cualquier ser humano (al menos en los primeros momentos al conocerlo), puedo decir que he formado muchas más amistades de las que creía posible.
Está claro que son solo unos pocos amigos con los que uno tiene la certeza de apostar por ellos ahora y por siempre. Sin embargo hay un alto número de gente que está dispuesta a ser tu amigo en otra instancia; por ejemplo el trabajo. Puedo decir que este es el ámbito en el cual hoy me encuentro perplejo y también me arriesgo a asegurar que son contados los casos en donde se repite esta situación. Por lo general podemos encontrar uno o dos amigos si somos generosos, pero en mi caso particular necesito utilizar ambas manos para contarlos, y creánme, son gente maravillosa.
Cronologicamente hablando: creo que todos tenemos nuestros amigos de la infancia (y aquí más que seguro que sobran los dedos de una mano para enumerarlos). En mi caso sólo tengo uno al cual conozco de los siete años. Tengo uno de la secundaria (desde primer año) y uno de la adolescencia. Cada caso es un mundo, pero en todos hay algo especial, único, maravilloso; y sin importar cuando, como o donde; sé que estarán cuando los necesite.
Luego a mis veinte años de edad se me presentó una amistad increíble, fabulosa, irrepetible, idílica: mi media naranja. Si tu pareja además de cumplir su rol como tal, no cumple el rol de amiga, creo que no es una relación completa. Esta persona fuera de serie trajo consigo otro grupito de gente que me vuelve a demostrar que lo que les sucedió mis padres fue solo mala fortuna (o un muy mal criterio selectivo). Nuevamente mi cartera de amigos se amplía. Todos con una historia que contar, vidas llena de misterios, añoranzas, risas y un nuevo tesoro por descubrir. Es por este costado que aparece una persona también fuera de serie: mi "Hermana del cuore" como suelo llamarla después que ella me llamara así obviamente en género masculino. Mi amistad con ella (como con casi todos) merece un capítulo aparte.
Finalmente he cosechado amigos de facultad. Particularmente uno que engaña por su diminuta contextura (inversamente proporcional al contenido), uno con el cual desde un primer momento entablamos una relación increíble que creció a pasos agigantados y una amiga que no veo seguido, pero tiene una visión (valga la reundancia) de la vida que me encanta: se apasiona por lo natural, por aquello en lo que el hombre no tiene crédito como realizador/inventor.
He de reconocer que a lo largo de mi vida desde mi pre-adolescencia hasta hoy he cargado una coraza. Nunca me acerqué a nadie sin antes utilizarla y siempre el modus operandi fue el mismo: ir bajándola de a poco, lentamente, hasta darme cuenta que ya no la necesitaba con esa persona. Me ha dado increíbles resultados ya que puedo decir que no sufrí por querer a alguien que me demostrase con el paso del tiempo que no valía la pena.
Cada persona que considero mi amigo, tiene su reserva personal en mi bomba sanguínea. Para cada uno de ellos dedico este post, todos son en alguna forma un poco responsables de quien soy hoy en día y me encuentro feliz de poder recibir y dar amor por cada uno; porque soy así: un tonto cursi que cada vez se convence más y más que la vida es bella.
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Fundamentalmente mostraré y comentaré sobre video, fotografía, sitios web, música y todo lo que más me gusta del campo audiovisual. Quizá de vez en cuando se me escabulla alguna reflexión y/o pensamiento acerca de la vida que me toca vivir y del mundo que conozco hoy día.
Espero hacer un buen trabajo.
Ariel Giménez.
The beautiful people
1 comentariosPublicado por Ariel Giménez en 21:07
The Fountain
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The Fountain es protagonizada por Hugh Jackman y Rachel Weiss, y dirigida por evidentemente un groso: Darren Aronofsky (director de "Requiem for a dream" y "Pi"). Digo evidentemente porque no conozco en profundidad su trabajo, si no me equivoco solo dirigió estas tres películas que menciono, y parece que se toma todo el tiempo del mundo para elegir y llevar a cabo sus proyectos.
Como empezar... Creo que la mejor manera de comenzar a comentar esta película es decirle a todos aquellos que les encanta el cine pochoclero, ni se molesten en seguir leyendo. A todos aquellos pochocleros que quisieran ver algo distinto; esto es para ustedes. Ni hablar de quienes buscan cine de autor (seguramente ya la habrán visto).
Yendo al grano, esta película es una increíble historia de amor y cierta cuestión existencial: intenta dejarnos claro que la muerte es una parte de la vida, a través de un relato un poco complejo que transcurre en tres eras al mismo tiempo.
Imposible no resaltar la banda sonora de otro groso: Clint Mansell (compositor de la música de sus dos películas anteriores) y tampoco se puede dejar de lado la fotografía y la postproducción, la cual si no me equivoco ha sido realizada casi sin computadoras; las increíbles imágenes que se ven fueron realizadas de la forma más manual posible, utilizando microfotografía y maquetas.
Recomiendo ampliamente que la vean con un buen equipo de audio, a buen nivel de volumen y en lo posible desde un dvd (no la vean desde la TV), así podrán entender de que estoy hablando.
Un film para no olvidar, te guste o no, seguramente no va a ser uno más.
Publicado por Ariel Giménez en 2:10
Kens - Corto 3d
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Después de MUCHO tiempo sin postear nada, vuelvo con la esperanza de incrementar la cantidad de posts en este 2009 que recién comienza.
Voy a empezar con un corto en 3d que vi en youtube. Se llama "Kens" y cuenta una brevísima, pero a su vez muy fuerte historia sobre el muñeco que desde su concepción ha existido a la sombra de Barbie (como reflejo de todo ser humano "normal" ella necesitaba una pareja heterosexual).
Este relato que me toca muy de cerca (quienes me conocen sabrán por qué) tiene una pequeña moraleja que muchos hoy día no logran comprender: cada uno es libre de estar con quien se sienta mejor; ya fué demasiado de esta sociedad que impone hasta con quienes tenemos permitido formar una pareja y con quien no.
Una vez más destaco su ínfimo (pero hermoso) guión, el cual demuestra que para contar una buena historia, solo hace falta un poco de imaginación (algo de lo que carezco ultimamente).
Sin aburrir más, les dejo el corto y espero puedan disfrutarlo así como yo lo he hecho.
Publicado por Ariel Giménez en 1:21